Querer ver a nuestros hijos triunfar siempre y motivarlos a competir
para ganar o satisfacer a alguien más puede resultar en frustración y
resistencia a hacer las cosas, más vale incentivar que imponer… A la hora de
comer muchas veces hacemos competencias, amenazamos con que el bus lo dejará o
no podrá comer postre sino termina, estas estrategias realmente solo nos alejan
del objetivo final: una nutrición saludable y a conciencia, nuestro pequeño no
entederá el verdadero valor de la alimentación solo comerá por temor a ser
catigado o para ganar una competencia…
ERES EL MEJOR! No del salón, de la cafetería o de la piñata, la meta
siempre debe ser superarse a sí mismo… El reto propio puede ser tan sencillo
como cada día probar un alimento nuevo y al llegar a casa comentar la
experiencia.
DEBES ESTAR OGULLOSO DE TI! Lo más importante es que nuestro hijo
esté satisfecho con lo que ha hecho por él, no por satisfacer a alguien más… el
mérito de haber probado un alimento o terminado la ensalada es de él y la
ganacia se verá reflejada en su cuerpo es importante que lo sepa.
TU PUEDES! Hacer favorable el entorno para que el niño pueda cumplir
las metas de acuerdo a sus capacidades físicas y emocionales, le permitirá
saber que SI puede alcanzar el objetivo si se lo propone y trabaja con esmero…
proporcionar los cubiertos adecuados, un espacio amable y sin tension hará de
cada comida una experiencia placentera.
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