Hace un tiempo cuando Paloma estaba muy pequeña la llevaba al parque y le quitaba medias y zapatos para que disfrutara del pasto, la tierra, el agua y todo lo que la naturaleza ponía a nuestra disposición. Este espacio servía para la exploración sensorial, pero además disfrutaba enormemente, pues le permitía reconectarse con la naturaleza, que era propiamente la esencia del lugar donde empiezo su vida.
Los pies tienen puntos de energia que debemos descubrir para poderlos trabajar. El ideal es ponerlos en contacto con superficies naturales como arena, pasto, tierra... sin embargo a veces el clima o los espacios a nuestro alcance no lo permiten, es entonces cuando debemos de igual formal liberarlos así sea dentro de la casa o en superficies artificiales.
Muchas personas son reacias a este tipo de actividades con los bebes pequeños e incluso con niños en edades avanzadas, por temor contraer enfermedades. Yo siempre vi infinitas bondades y desde los 10 hasta los 24 meses lo hice casi a diario, Paloma disminuyo notablemente los resfriados, evoluciono sus destreza motoras y sobre todo y lo mas importante: fue más feliz!!!
Esta semana retomamos la rutina que perdimos al entrar al jardín, y ojalá pueda seguirla cuando esté lista para volver a la escolaridad, pues con tan pocos días de practica se ve la diferencia!!!
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