En un principio cuando
pensé en ser mamá y “analice” la mamitis desde lo que fue para mi, lo veía como algo
negativo, no quería que mi hijo sufriera al estar lejos de mi y por eso pretendía
trabajar fuertemente en el desapego, no quería verlo llorar el primer día de jardín,
ni tener que salir a las 10pm a recogerlo en la pijamada, porque la tristeza de
estar lejos no lo dejó disfrutar una noche fuera de casa. Para concluir,
deseaba verlo disfrutar de mí, y en mi presencia, pero tambien en mi ausencia, yo me sentía muy mal cada vez que
aparecían los síntomas de la llamada mamitis, pues me dolía fuertemente el corazón, cuando sabia que debía despegarme de mi mamá… recuerdo mucho que además me
avergonzaba cada vez que empezaba a invadirme ese deseo incontrolable de
llorar, y querer pedir a gritos a mi mama, en ese entonces para mi, siempre fue
algo negativo…
Todo
cambio cuando nació Paloma, dándome el privilegio de ser mamá, y vivir nuevas
experiencias, que me han permitido entender desde otro punto de vista, ese
vinculo hermoso de la maternidad… el problema en realidad no es ese! El
problema a mi juicio, es cuando nos confundimos y pretendemos hacer todo por ellos, en lugar de permitirles
descubrir, que son capaces de hacer lo que se propongan, y que mamá no es más
que su guía, una facilitadora en el proceso, una persona con un amor único e
inagotable que lo acompañara mientras descubre los dones que tiene para
enfrentar la vida, y hacer de su paso por el mundo una huella imborrable.
Como
padres tenemos el deber y la obligación de PROTEGER a nuestros pequeños, y esto
implica no solo evitar el daño físico y emocional, cuando son vulnerables y
no han explotado sus habilidades físicas, mentales y emocionales, para atender
sus necesidades, es mas bien, prepáralos para que puedan hacerlo ellos mismos. Cuando
los hijos extrañan nuestros abrazos porque son los mas calurosos, nuestros
besos de buenas noches porque colman de amor el corazón para dormir felices,
nuestras manos sanadoras porque alivian el dolor mágicamente, nuestra voz
porque automáticamente devuelve la paz al alma, nuestro arrunche porque solo
mamá sabe como apapacharnos, nuestras caricias, masajes, mimos… podemos decir
que vamos por buen camino…
Cuando
un chiquito echa de menos a mamá porque es ella quien amarra sus zapatos, da la
comida, pone y quita el uniforme, ordena el cuarto, guarda los juguetes, lleva
la ropa sucia a la canasta… no extraña a MAMÁ, en realidad lo que puede haber,
es una carencia de herramientas, que le permitan ser una personita independiente
y autónoma. Tal ves esa mal llamada mamitis, es mejor un síntoma, que aparece
como respuesta al miedo de no saber enfrentar alguna adversidad, pues no sabe
que tiene todo el instrumental para afrontarlo.
He
entendido que mas que trabajar en el desapego, tengo que esforzarme por crear
nuevas y mejores estrategias que permitan a mi hijo alcanzar la independencia,
seguridad, autonomía, fuerza, autoestima, carácter, entereza… entre muchas
otras, que nos permiten disfrutar de un VINCULO que en lugar de entorpecer su
desarrollo, lo complementa… En este orden de ideas promuevo, disfruto y fomento
todos las clases de ITIS que puedan aparecer en un hogar que vive en constante
crecimiento del AMOR y el RESPETO, la mamitis, papitis, hijistis, hermanitos, abuelitis, y
demás, son bienvenidos en mi hogar!!!!