martes, 31 de octubre de 2017

Una mañana con papá...

Casi me da un ataque al abrir la puerta y encontrar un mini ejemplar de la selección colombiana de fútbol, montada en bicicleta, con baletas y capa… así llego mi hija con su papá del entrenamiento de bicicleta, justo ese día tenia un desayuno y pensé que sería divertido que pasaran un tiempo sin mí, QUE ME EXTRAÑARAN!

Hoy estoy segura que la pasaron increíble, pues no hubo oposición a la idea de incluir postre en el desayuno, tampoco de usar zapatillas de princesa y muchísimo menos de llevar la capa de Drácula, casi puedo oír a mi esposo convenciendo a la chiquita de ponerse el uniforme de “La Selección” pues su habilidad al momento de combinar las prendas es nula y en este caso no necesitaría de dicho talento…

Eso si no olvidaron mis recomendaciones, pues el tono blancuzco de su pequeña cara dejo la evidencia de haber puesto protector solar, a pesar de la sobredosis de azúcar en el desayuno balancearon con una porción de fruta y aunque el termo de agua llegó intacto, me contaron que en el descanso habían pedido una bebida de campeones para llenarse de energía e hidratarse…


La mejor parte, fue cuando mi esposo con un gesto le recordó que había algo para mí en su maleta y ella misteriosamente me sorprendió con una botella de Pony Malta, oírlos contar como ella decidió guardar celosamente el último sorbo para mí, pues no era justo que además de no haber estado en la clase también me perdiera de las deliciosas onces que tomaron, me hizo sentir feliz, sin duda me extrañaron y aunque estoy segura que no más de lo que yo los extrañé a ellos, si lo suficiente para seguir con mi cantaleta de mamá gallina!



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